Las obras que conforman la muestra no exhiben ningún lugar en
concreto, sino que hacen visible la retórica de las representaciones y la
manera en que estas delimitan distintos marcos de visión, destacando la óptica
del turista (Castillo, Koshiro), la mirada del crítico (Pineda), el enfoque del
geógrafo (Perna) o la perspectiva del naturalista instrumental (Pittari). Medición,
valoración o itinerario creativo; tales son los encuadres ¨ciegos¨ que enmarcan
el paisaje según las técnicas, criterios y motivaciones que impulsan su
abordaje. Contrapaisaje supone
entonces un juego exploratorio que trasciende la imitación retinal.

Ara Koshiro (Maracaibo, 1967) recurre al paisaje como estereotipo
pero se concentra en el reverso de lo sensible, el lado opuesto de la
representación; precisamente el que da mayor relevancia a la información
textual y donde la imagen está suprimida. El país y el paisaje quedan reducidos
a un lugar sin contorno ni colores.



En realidad, Contrapaisaje
esboza una espistemología de lo sensible que se apropia, subvierte y recrea las
taxonomías y valores del saber canónico, tanto científico como artístico. Y es que, de cierta manera, el paisaje
es una potencialidad entre signos de interrogación. Todavía en gestación o
cuando ya se han cumplido sus posibilidades, surge la pregunta de si el
paisaje es lo que se ve –llanura, montaña
o maraña urbana- o es tan sólo una operación singular de enmarcado y
codificación de la realidad visible. Lo que ¨salta a la vista¨ no es la escena,
sino la manera en que ésta aparece acotada en la representación, el andamiaje
que la sostiene.
Finalmente, llega el momento en que el paisaje es simplemente el
país o la extensión sustantiva de un proyecto ideal. El paisaje como país, el país como escenografía. Así, la dupla país-paisaje se revela como un artificio
persistente que ha trascendido los presagios apocalípticos para reencarnar en
el contrapunto de nociones enfrentadas.
Después del paisaje como
escena originaria, todo es
contrapaisaje; es decir, autoconsciencia representacional y alternancia de
opuestos, danza especulativa de los estereotipos y sus referentes.
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