viernes, 27 de junio de 2014

Contrapaisaje

La exposición Contrapaisaje reúne un conjunto de proposiciones visuales que exploran las tensiones críticas que giran sobre las representaciones del territorio y la naturaleza que lo conforma. En tal sentido, las obras de Nayarí Castillo, Ara Koshiro, Claudio Perna,  María Virginia Pineda Aranda y Conrado Pittari se enfocan en la revisión de los estereotipos del paisaje y plantean una postura autorreflexiva respecto a los mecanismos discursivos que permiten su estructuración sensible.

Las obras que conforman la muestra no exhiben ningún lugar en concreto, sino que hacen visible la retórica de las representaciones y la manera en que estas delimitan distintos marcos de visión, destacando la óptica del turista (Castillo, Koshiro), la mirada del crítico (Pineda), el enfoque del geógrafo (Perna) o la perspectiva del naturalista instrumental (Pittari). Medición, valoración o itinerario creativo; tales son los encuadres ¨ciegos¨ que enmarcan el paisaje según las técnicas, criterios y motivaciones que impulsan su abordaje.  Contrapaisaje supone entonces un juego exploratorio que trasciende la imitación retinal. 

Nayarí Castillo (Caracas, 1977) se acerca al paisaje desde la representación discursiva de la noticia como relato imaginario, curiosidad informativa o relación de cosas vistas por el viajero, actuando como una cronista que invierte el foco de su interés hacia las metrópolis foráneas, las mismas que en otro tiempo se ocupaban de descubrir y representar lugares exótico.
 




Ara Koshiro (Maracaibo, 1967) recurre al paisaje como estereotipo pero se concentra en el reverso de lo sensible, el lado opuesto de la representación; precisamente el que da mayor relevancia a la información textual y donde la imagen está suprimida. El país y el paisaje quedan reducidos a un lugar sin contorno ni colores. 



Claudio Perna (Milán, Italia, 1938 – Holguín, Cuba, 1997) en la serie de Fotografías satelitales busca indicios cualitativos en pleno territorio virgen, poniendo al descubierto las prescripciones académicas para el manejo de la data. Pionero del arte conceptual en venezuela, el autor trabaja con fotografias aéreas del Instituto Nacional de Cartografia, incorporando fichas, recortes de revistas, fragmentos publicitarios e infografías que anudan la geografia a los modos de vida, pasando del territorio sin nombre a las relaciones, acuerdos, actividades y símbolos que definen la soberania de un territorio. 

María Virginia Pineda Aranda (Mérida, 1980) confronta la preeminencia de los criterios de validez artística que se desprenden de la escritura crítica. Las palabras ocupan el lugar de la imagen, omitiendo el referente, subvirtiendo el contenido. 

Conrado Pittari (Caracas, 1983) se decanta por la ¨condensación¨ literal del paisaje y su conversión en evidencia palpable aunque desfigurada, mediante la obtención de secreciones líquidas del ambiente por medio de un deshumidificador doméstico.  Todo lo que queda del paisaje es agua filtrada y embotellada.




En realidad, Contrapaisaje esboza una espistemología de lo sensible que se apropia, subvierte y recrea las taxonomías y valores del saber canónico, tanto científico como artístico.  Y es que, de cierta manera, el paisaje es una potencialidad entre signos de interrogación. Todavía en gestación o cuando ya se han cumplido sus posibilidades, surge la pregunta de si el paisaje  es lo que se ve –llanura, montaña o maraña urbana- o es tan sólo una operación singular de enmarcado y codificación de la realidad visible. Lo que ¨salta a la vista¨ no es la escena, sino la manera en que ésta aparece acotada en la representación, el andamiaje que la sostiene.

Finalmente, llega el momento en que el paisaje es simplemente el país o la extensión sustantiva de un proyecto ideal.  El paisaje como país, el país como escenografía.  Así,  la dupla país-paisaje se revela como un artificio persistente que ha trascendido los presagios apocalípticos para reencarnar en el contrapunto de nociones enfrentadas.  Después del paisaje  como escena originaria,  todo es contrapaisaje; es decir, autoconsciencia representacional y alternancia de opuestos, danza especulativa de los estereotipos y sus referentes.